Peugeot ha lanzado el Rifter, un modelo de vehículo multiusos que sustituye al Partner y que se ofrecerá en una amplia gama de versiones con cuatro motores, cuatro niveles de equipamiento y dos longitudes de carrocería, en ambos casos con cinco o siete plazas. Se venderá desde 17.800 euros y complementa el segmento C de Peugeot configurándose como una alternativa monovolumen a los 308 y 3008 de la marca francesa.
El Rifter se lanzará en su versión de pasajeros y, más tarde, llegarán las variantes comerciales que suponen una cuarta parte de las ventas de este tipo de modelos. Su diseño general puede parecer continuista pero lo cierto es que se trata de un coche totalmente nuevo construido sobre la plataforma EMP2 del Grupo PSA. Es un coche muy similar al nuevo Citroën Berlingo y al Opel Combo. Los tres se fabricarán en la planta del grupo en Vigo.
Estéticamente, Peugeot ha conseguido diferenciarlo de su primo de Citroën con un morro en el que se reflejan las características habituales de los modelos de Peugeot con, sobre todo, una parrilla completamente vertical con el logo en el centro y unos paros de formas irregulares. El morro corto y muy alto y, sobre todo, las protecciones de los pasos de rueda y los bajos, más notables en la versión GT Line que en el resto, le confieren un cierto aspecto de SUV.
En la parte trasera destaca el gran portón que ocupa toda la superficie, confinando los pilotos, verticales y muy finos, a los laterales. La vista de perfil muestra las enormes puertas correderas traseras, una línea de cintura elevada y unos retrovisores grandes pero muy cuadrados. Este coche es un rival directo para modelos como el Ford Tourneo Connect, el Renault Kangoo, el Fiat Doblò, el Volkswagen Caddy y, en sus versiones más modestas, el Dacia Dokker. El coche estará disponible en 8 colores y con llantas de entre 15 y 17 pulgadas.
Si estéticamente el Partner se diferencia claramente del Citroën Berlingo (sobre todo en el frontal), en el interior también, algo no muy habitual en este segmento donde las co-producciones suelen ser habituales y donde se busca abaratar al máximo el precio de desarrollo y de fabricación. Peugeot, por lo tanto, ha hecho un esfuerzo notable para adaptar su sistema i-cockpit a un vehículo tan peculiar como el Rifter.
Así, el coche conserva, salvo en sus versiones más básicas, los tres elementos clave del i-cockpit: volante de pequeño tamaño achatado, instrumentación elevada que se consulta por encima del volante y no a través del mismo y pantalla central en posición elevada que asume la mayoría de funciones del coche.
Respecto a esta pantalla hay que remarcar que no incluye los mandos del climatizador como en el resto de modelos de PSA la adoptan (los mandos quedan debajo de las salidas de aireación) y que en los modelos base se sustituye por un panel con los mandos de la radio que recuerdan al dial de una radio antigua.
La instrumentación del coche es de tipo convencional (el Rifter no dispone del combinado digital del 3008) pero el modelo ha ganado algunos equipamientos inéditos en el segmento como la puesta en marcha por botón, combinada con el acceso sin llave, el freno de estacionamiento eléctrico o numerosas ayudas a la conducción entre las que destacan el sistema de aviso de cambio involuntario de carril con mantenimiento del mismo, el aviso de presencia de otros vehículos en el ángulo muerto, el sistema de identificación de señales de tráfico, el detector de fatiga, el aviso de colisión inminente con frenada de emergencia o el cambio automático de luces cortas a largas. La mayoría de estos elementos son opcionales para las versiones más equipadas.
Los materiales utilizados son de mejor calidad que en el modelo anterior, algo lógico teniendo en cuenta las superiores pretensiones del Rifter. Los plásticos son mejores y el acabado más cuidado aunque en las unidades de la presentación, de pre-serie, algunos encajes de piezas eran claramente mejorables.
Habitáculo de monovolumen
El coche tiene alma de monovolumen tanto en la disposición de asientos como en la modularidad y en los gadgets interiores. Sentados al volante, sorprende la cantidad de huecos para objetos, con la guantera convencional, otra guantera superior muy profunda, dos espacios con persiana en la consola central, tres bandejas detrás del volante, detrás de la pantalla central y junto al cambio (ésta con la posibilidad de equipar un cargador de móviles inalámbrico) y una bandeja en el lado del acompañante.
En el habitáculo hay numerosos gadgets muy útiles para un uso familiar, la mayoría opcionales. Podemos citar así las cortinillas parasol para las puertas traseras que, por primera vez en un coche de este tipo disponen de elevalunas eléctricos, las trampillas bajo el piso para guardar juguetes, las bandejas tipo avión traseras, un enchufe de 220 voltios a los pies del acompañante o bandejas sobre los parasoles delanteros para dejar papeles.
De la anterior generación se mantiene el llamado techo Zenith, con una bandeja traslúcida compartimentada y un cofre de techo que permite cargar hasta 10 kilos y es accesible tanto desde el maletero como desde la segunda fila. También dispone de un segundo retrovisor interior para controlar las plazas traseras (excesivamente pequeño), una bandeja trasera que podemos situar a dos alturas y la luneta trasera de apertura separada para acceder con facilidad al maletero cuando aparcamos cerca de otro coche o junto a una pared y no podemos abrir el portón.
La segunda fila está integrada por tres asientos individuales fijos y dotados de anclajes isofix. No es fácil en la producción actual encontrar un coche con tres asientos de manera que este Rifter será ideal para familias numerosas. Y más teniendo en cuenta que en este caso podemos optar por versiones de siete plazas, tanto con la carrocería corta (4,40 metros) como en la larga (4,75 metros).
La diferencia entre ambas es que con la larga disponemos de más maletero, tanto con cinco como con siete plazas, pero, además, la tercera fila cambia. Las butacas, más pequeñas que las de la segunda fila, son fijas en la versión corta y correderas en la versión larga. En todos los casos, es posible encargar el Rifter con el asiento del acompañante abatible hacia delante lo que, sumado al abatido de las plazas centrales, nos permite alcanzar una longitud de carga interior útil superior a los 3 metros en la versión larga.
La capacidad de maletero es de 775 litros en la versión corta y de 1.050 en la larga para modelos de 5 plazas. Con la segunda fila abatida, llegan a 3.500 y 4.000 litros respectivamente. Con siete plazas, en el corto apenas quedan 60 litros útiles y 350 en la versión larga que tiene una distancia entre ejes 9 cm más larga y un voladizo trasero 26 cm superior.
Cuatro motores en la gama inicial
Peugeot ofrece este modelo con cuatro motores, uno de gasolina y tres diésel. El de gasolina es el tres cilindros 1.2 Puretech en su versión de 110 CV (más adelante debería llegar una segunda con 130 CV) mientras que las diésel son tres variantes del nuevo motor de 1,5 litros de PSA con potencias de 75, 100 y 130 CV. La primera sólo está disponible en el acabado básico Access y en carrocería corta mientras que la más potente es la única en la que puede optarse por un cambio de marchas automático de 8 velocidades como alternativa al manual. Éste es de seis marchas para esta versión y para el gasolina y de cinco para los dos diésel de inferior potencia.
Probamos en esta toma de contacto la versión diésel de 130 CV con cambio automático, una combinación muy interesante, aunque es la más cara (desde 22.850 euros en acabado Active y hasta 24.300 en GT Line). El motor tiene una respuesta muy notable, recupera bien y hace menos ruido que en el Partner, aunque eso también se debe a la mejora notable de la insonorización del modelo.
El cambio es todo un lujo para un coche como este. Es un automático suave y agradable que puede usarse en modo secuencial con levas tras el volante y que encaja con el talante tranquilo y viajero de este modelo. Además, con esta caja automática, se elimina la palanca del cambio que se sustituye por un dial al estilo de algunos Jaguar y Land Rover.
El comportamiento es también muy interesante. El coche está construido sobre la plataforma EMP2 de PSA, la misma que se usa en los 308, 3008, 508 y 5008, y ofrece una estabilidad notable en todo tipo de vías y un comportamiento muy noble. No es un coche extraordinariamente confortable ya que la suspensión es firme para compensar su elevado centro de gravedad y reconducir las posibles inclinaciones de carrocería, pero tiene un confort razonable en autopista y un andar incluso dinámico en carreteras de montaña.
La dirección está bien calibrada y confieren al Ritfer una cierta agilidad, los frenos son correctos, aunque resisten mal un trato duro para el que el coche evidentemente no está pensado y la visibilidad es buena gracias, en buena parte, a la posición de conducción, más elevada y dominante que la de un turismo.
Gama española
La gama española se estructurará en cuatro acabados: Access, Active, Allure y GT Line y los precios son los que siguen:
Gasolina Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV Access: 18.160 € Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV Access Largo: 19.115 € Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV Active: 18.800 € Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV Active Largo: 19.735 €Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV Allure: 19.640 € Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV Allure Largo: 20.560 €Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV GT Line: 20.295 € Peugeot Rifter Pure Tech 110 CV GT Line Largo: 21.220 €
Diésel Peugeot Rifter BlueHDi 75 CV Access: 17.770 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV Access: 18.760 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV Access Largo: 19.705 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV Active: 19.385 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV Active Largo: 20.320 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV Allure: 20.220 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV Allure Largo: 21.140 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV GT Line: 20.870 € Peugeot Rifter BlueHDi 100 CV GT Line Largo: 21.800 €
Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Active: 20.750 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Active Largo: 21.685 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Allure: 21.565 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Allure Largo: 22.490 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV GT Line: 22.220 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV GT Line Largo: 23.145 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Active Automático: 21.920 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Active Largo Automático: 22.855 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Allure Automático: 22.720 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV Allure Largo Automático: 23.645 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV GT Line Automático: 23.375 € Peugeot Rifter BlueHDi 130 CV GT Line Largo Automático: 24.300 €
Estos precios incluyen descuento y no incluyen impuesto de matriculación. La mayoría de versiones no pagan este impuesto.
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