SsangYong Korando D20T 4x2 Aut.: Polivalencia asequible

Nada tiene que ver el Korando actual con el vehículo del mismo nombre que SsangYong comercializaba hasta hace seis años. Mientras que aquél era un todoterreno puro con reductora cuya estética recordaba al estilo de los Jeep de antaño, el nuevo modelo evoluciona hacia las directrices SUV más exitosas. Su atractiva línea de diseño y sus formas compactas integran su primera carta de presentación, reforzada por un amplio listado de equipamiento y una conducta dinámica que prioriza el confort por encima de todo. Además, esta versión con cambio automático proporciona un punto extra de comodidad, sobre todo a la hora de realizar una conducción tranquila y sin sobresaltos. Quizá uno de los máximos argumentos de compra del todocamino coreano lo encontremos, sobre todo, en su precio. Y es que en este aspecto es casi imbatible, ya que encontrar un SUV diésel de 175 CV con cambio automático por un precio más competitivo que los 25.990 euros de este Korando es una tarea prácticamente imposible. Su amplia lista de competidores, todos por encima en cuanto a desembolso ante similares características, contiene nombres como el Ford Kuga, el Hyundai ix35, el Kia Sportage o el Toyota RAV4. Texto y

Si el antiguo Korando era un todoterreno de apariencia bastante peculiar, el nuevo no tiene absolutamente nada que ver a este nivel, pues cumple a rajatabla los parámetros estéticos que se estilan hoy en día en el segmento de los SUV compactos en el Viejo Continente. Y es que, pese a su origen coreano, SsangYong ha dejado claro desde el principio, que el principal destinatario de este vehículo es el cliente europeo. Para seducirlo, la marca asiática dejó el diseño en manos de los italianos de Giugiaro. El resultado es un automóvil que combina una línea atractiva y formas robustas con ciertos toques de deportividad. El morro es bastante alto y resalta por su doble rejilla tipo nido de abeja y los grupos ópticos estilizados. A ambos lados de la parrilla inferior se encuentran los faros antiniebla, cuyo diseño y forma de rombo suman personalidad al vehículo. Los pasos de rueda algo sobredimensionados generan una imagen de fortaleza, bastante habitual en el segmento de los todocamino. La aportación deportiva la encontramos en detalles como las llantas de 18 pulgadas, la elevada línea de cintura, la doble salida de escape y el pequeño spoiler trasero. En la zona de la zaga también llaman la atención los grandes pilotos traseros y la nervadura transversal situada sobre el logotipo de la marca.

El espacio interior se confirma como uno de los aspectos más cuidados del SUV coreano. Al acomodarnos en el puesto de mando percibimos su amplitud general, así como un asiento confortable con un mullido adecuado y que ofrece una buena sujeción lateral. Dispone también de unos correctos acabados, con ciertos plásticos algo duros pero resistentes. Resulta muy fácil hacerse a las botoneras del Korando, pues están dispuestas de forma accesible. Su manejo es muy intuitivo y su distribución se ha realizado teniendo muy en cuenta la ergonomía. Existen numerosos espacios para alojar pequeños objetos, aspecto que hace más fácil la vida a bordo. La banqueta trasera proporciona un generoso espacio para dos adultos que le sitúa incluso por encima de muchos de sus competidores. También cabe tener en cuenta que es posible inclinar estos asientos, lo que puede hacer más confortables los trayectos largos. Por otro lado, y de igual forma que sucede también en la mayoría de sus rivales, el espacio destinado para la plaza central es algo estrecho y el respaldo, más duro que en las plazas laterales. En lo que se refiere al maletero, éste ofrece un destacable volumen de 486 litros de capacidad con todas las plazas disponibles. La fila trasera de asientos puede abatirse en una proporción de 60/40 con tal de repartir el espacio entre la carga y los ocupantes. Si se abate completamente quedará una superficie plana que permitirá alojar objetos de gran tamaño, muestra de la polivalencia que proporciona el vehículo.

Hasta la fecha, y a aunque dentro de unos meses llegarán alternativas mecánicas de menor caballaje, la única disponible es la D20T, un diésel de 175 CV a 4.000 rpm. Este bloque de dos litros con inyección directa por common rail genera 360 Nm de par máximo entre 2.000 y 3.000 rpm. Aunque a bajas vueltas resulta algo perezoso, en cuanto superamos las 2.000 empuja con fuerza y nos muestra realmente su potencia. Pasa de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos y es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 186 km/h. En nuestra unidad de pruebas, el motor va engranado a una caja de cambios automática de seis velocidades por convertidor de par. Además del modo puramente automático, también permite un modo secuencial, que se gestiona bien desde la palanca bien desde los botones D+ y D- que se encuentran a ambos lados del volante. Además, el cambio ofrece la posibilidad de variar entre el modo Standard (normal) y el Winter (invierno), diseñado para conducir por terrenos poco adherentes. El consumo medio de esta versión con tracción delantera es de 7,3 litros cada 100 km/h, valor correcto si tenemos en cuenta su cilindrada, caballaje y la presencia del cambio automático. Esta cifra desciende hasta los 6,1 litros si escogemos la caja manual. Por otro lado, no hay que obviar cierta rumorosidad del motor del Korando al rodar a altas velocidades, perceptible desde el interior y que mejoraría con una mayor insonorización del habitáculo.

El Korando está integrado por un chasis monocasco con un esquema de suspensión independiente a las cuatro ruedas, de tipo McPherson en el tren delantero y multilink, en el trasero. En el capítulo dinámico, el todocamino coreano logra un buen compromiso entre confort y estabilidad. Reacciona de manera noble en la mayoría de circunstancias gracias a la firmeza de la amortiguación. Sólo en los fuertes apoyos percibiremos cierta oscilación de la carrocería, aunque ésta ni mucho menos es exagerada. Presenta un considerable aplomo al conducir por vías rápidas y autopistas, por las que aprovecha su amplia distancia entre ejes de 2,65 metros. Incluso por estas carreteras y a altas velocidades, copia de forma bastante efectiva las irregularidades del firme. Por otro lado, cuenta con una dirección asistida eléctrica EPS con gestión activa de la dureza que ofrece un tacto algo blando. Con una distancia al suelo de 18 cm, el modelo coreano puede desenvolverse muy bien por pistas o caminos sencillos y sin complicaciones. Eso sí, no olvidemos que estamos ante la versión de dos ruedas motrices. Esto significa que no podemos esperar la misma motricidad en condiciones adversas que con la variante de tracción total. En cuanto a la transmisión, para lograr un mejor comportamiento y controlar mejor su respuesta por firmes no asfálticos es más recomendable viajar en modo secuencial.

En el apartado de la seguridad, el todocamino coreano dispone de doble airbag delantero, airbags laterales y airbags de cortina, con el del pasajero desconectable. Cuenta con ABS, EBD y programa electrónico de estabilidad (ESP), así como de sistema activo antivuelco (ARP) y sistema de asistencia a la frenada (BAS). A ello hay que sumar la ayuda de arranque en pendiente (HSA), los reposacabezas activos y los ajustes Isofix en los asientos traseros para instalar sillas infantiles.

Sin duda, una de las principales bazas del Korando se encuentra en su precio, pues es difícil encontrar un rival con sus características, su equipamiento y con cambio automático por menos de 27.000 euros. Su motor turbodiésel no destaca por unas prestaciones ni por unos consumos espectaculares, pero ofrece un rendimiento más que aceptable si nuestro objetivo es disfrutar de una conducción tranquila y confortable. Además, nos brinda el valor añadido de poder realizar alguna que otra excursión fuera de asfalto gracias a una altura correcta. Aunque no debemos olvidar que esta versión de dos ruedas motrices no ofrece las mismas garantías de motricidad que la de tracción integral.