Microlino: un Isetta moderno de auténtico capricho
pruebas

Microlino: un Isetta moderno de auténtico capricho

Joan Dalmau

Joan Dalmau

6 opiniones

El Grupo Astara ha iniciado la comercialización en España del Microlino, un pequeño coche eléctrico de dos plazas inspirado en el Iso Isetta de la década de 1950. Tiene un motor de 25,5 CV y una autonomía eléctrica de 177 km y se comercializará en tres versiones de acabado: Dolce, Competizione y, solo en los primeros meses, Pioneer, de serie limitada. Los precios arrancan en los 22.990 euros más gastos de gestión.

El Microlino es un cuadriciclo ligero de categoría L7e 100% eléctrico desarrollado y fabricado en suiza por Micro y se parece al Isetta de los años 50 es porque fue precisamente ese coche su principal inspiración. Y, como el Isetta, se caracteriza por tener una única puerta en la parte delantera.

Mide 2,52 metros de largo por 1,47 de ancho y 1,50 metros de alto y pesa poco más de 500 kilos. Fabricado por Micro, una empresa suiza fundada en 1999 por Wim Ouboter y que, inicialmente, construyó patinetes, se empezó a desarrollar en 2015 y finalmente ha sido homologado para su venta en toda Europa.

El Microlino es un vehículo muy pequeño, para solo dos plazas, pero con un buen maletero
El Microlino es un vehículo muy pequeño, para solo dos plazas, pero con un buen maletero

El Microlino es un coche de estética realmente original. Al tener todo el frontal convertido en puerta desplaza los faros a los laterales. El diseño es similar al de los faros submarinos y si en la parte frontal tienen luz, en la trasera se ubican los espejos retrovisores. Una línea de luz atraviesa la puerta completa y detrás se repite lo mismo, con una línea roja a menor altura, justo por debajo del portón.

En la parte trasera encontramos un portón que nos lleva a un maletero de 230 litros, más grande que el de algunos coches del segmento A. Ello es debido, evidentemente, a que el Microlino es un vehículo de dos plazas. Para entrar al Microlino, hay que seguir una serie de pasos: una vez abierta la puerta, entramos de pie dentro del coche, nos damos la vuelta, nos sentamos en el asiento del acompañante y nos desplazamos posteriormente al lado del conductor, lateralmente. En los Isetta originales, al abrir la puerta, el volante se iba con ella, pero por cuestiones de seguridad, en el Microlino se queda en su posición y hay que esquivarlo al entrar.

El habitáculo del Microlino

El Microlino tiene un banco corrido y un volante con columna de dirección fija.
El Microlino tiene un banco corrido y un volante con columna de dirección fija.

Una vez sentados en el banco doble del Microlino, tenemos, delante nuestro, una instrumentación digital configurable en dos presentaciones diferentes, el freno de mano a la izquierda y un dial que nos permite seleccionar la marcha hacia adelante o hacia atrás. Y en la puerta queda un pequeño display táctil para algunas funciones auxiliares, un soporte para el móvil, para usarlo de navegador y el tirador para cerrar la puerta.

El Microlino es tiene un motor eléctrico que le proporciona una autonomía de 177 km. La marca lo fabrica con tres tipos de batería con 6, 10,5 y 14 kWh (autonomías respectivas de 95, 177 y 230 km) pero el importador solo traerá, de momento, la variante intermedia. Para cargarlo basta un enchufe convencional ya que el coche carga solo a 2,6 kW. Por lo tanto, únicamente cargará en enchufes domésticos de corriente alterna.

El coche tiene un comportamiento correcto en ciudad pese a tener una suspensión firme y una dirección sin asistencia
El coche tiene un comportamiento correcto en ciudad pese a tener una suspensión firme y una dirección sin asistencia

La primera constatación al volante es que no hay mucho espacio dentro, de modo que los dos ocupantes van muy juntos, hombro con hombro. Teniendo en cuenta que el coche se usará en ciudad y en trayectos cortos, no hay más problema. La segunda constatación es que hace ruido, al acelerar, ya que parece un molinillo y se oye, y también existen ruidos de rodadura y de suspensión. Es un coche pequeño, no muy bien aislado, con suspensión dura y que, además, es muy voluminoso para su tamaño, de modo que el habitáculo actúa un poco de caja de resonancia. Pero es eléctrico, de modo que hace menos ruido que un cuadriciclo diésel, por ejemplo. Muchísimo menos.

El Microlino en marcha

La tercera es que es duro de suspensión. Bota y rebota en los baches o en los ralentizadores. Es lógico ya que la suspensión no es muy sofisticada. Además, tiene que ser firme ya que el coche es estrecho y sin una suspensión firme podría inclinarse más de la cuenta. Eso es algo habitual en los cuadriciclos y no puede evitarse. Son coches además urbanos, donde hay giros y cambios de carriles bruscos y no se les puede montar una suspensión de Citroën 2 CV.

La cuarta es que, para el tipo de coche que es, el comportamiento dinámico es bueno, con un buen agarre, una dirección (no asistida, por supuesto) que lo coloca bien, aunque hay que pelearse un poco con ella por su dureza, sobre todo a baja velocidad. Además, tiene un modo Sport que hace que acelere de manera más rápida. La visibilidad es correcta. Los retrovisores (de regulación manual) son pequeños y no hay retrovisor interior, pero hay mucha superficie acristalada, no hay morro y la visibilidad de “cabeza girada” es suficiente para no tener sustos.

Un coche 100% urbano con una única puerta y a un precio elevado. El coche es un auténtico capricho.
Un coche 100% urbano con una única puerta y a un precio elevado. El coche es un auténtico capricho.

Y la última constatación es de que se trata de un coche eminentemente urbano. Es un coche pequeño, ágil, con una velocidad máxima de 90 km/h, lo que le permite circular por vías de circunvalación, acelera bien hasta 50-60 km/h. Y no solo eso. Es un auténtico capricho. Un capricho urbano.

El Microlino en acabado Dolce, con colores pastel (blanco, naranja con techo negro y azul, rojo y verde claro, los tres con techo blanco) tiene un precio desde 22.990 euros, mientras que el Competizione, con un habitáculo más deportivo y cuatro tonos de pintura mate, todos ellos oscuros, arranca en un precio de 23.560 euros. Todos llevan techo solar, volante de cuero y calefacción, pero no aire acondicionado.

En definitiva, un cochecillo 100% urbano, que se atreve incluso a circular por vías de circunvalación, que es un homenaje a los microcoches de la época posterior a la Segunda Guerra Mundial (y al Isetta en particular) y que, con su motor eléctrico y su autonomía de 177 KM admite un uso ciudadano honesto. Es, eso sí, muy caro, ya que se trata de un auténtico capricho.

También te puede interesar:

Galería de fotos de Microlino: un Isetta moderno de auténtico capricho

Opiniones de Microlino: un Isetta moderno de auténtico capricho

Si te ha gustado la noticia y quieres estar al día, crea tu cuenta o inicia sesión
Curro
Curro
| 1 respuesta

El artículo de Joan Dalmau excelente, como siempre...pero este pestiño, ni regalao.

c
christian

como mucho debería costar lo que un AMI

b
barcarjl

Precio del Abarth

c
christian

como diría Fermín Trujillo en ese coche pierdes la dignidad como persona.

BR
Borja RA

"Para el tipo de coche que es, su comportamiento es bueno".... me encanta, y un camíón con tráiler, por el tipo de vehículo que es, se desenvuelve bien en ciudad.

A
Astro

Me da a mí que esto es un full que no tardará en desaparecer es muy muy caro y medianamente atractivo , creo que el topolino que parece será mas económico será y es mucho , muchísimo más atractivo