Con el 850 Volvo introdujo una nueva plataforma de tracción delantera, la primera que usarían para sus berlinas de tipo sedán y familiar. Y además, querían dejar atrás un poco esa imagen de coches aburridos y para señores jubilados con bigote y puro. Por lo que lanzaron distintas variantes, cada cual más potente y deportiva que la anterior.
La versión más prestacional, la 850 T-5R, tenía un motor de 5 cilindros y 2,5 litros con turbo que ofrecía 243 “caballazos” de la época, suspensión deportiva y rebajada en altura, llantas Titan de 17 pulgadas exclusivas y el característico color amarillo para la carrocería.
Un coche puesto a punto por los especialistas de Porsche con el que se conseguía un 0 a 100 km/h en 6,9 segundos y una velocidad punta de 250 km/h. Además, serviría de base para el coche de carreras que competiría en el Campeonato Británico de Turismos (BTCC). Sí, sí. Un coche de carreras con carrocería familiar…
top!!