En Suecia pudimos vivir la cultura automovilística underground del país escandinavo, que principalmente se basa en comprar un Volvo clásico y realizarle modificaciones, especialmente en el apartado de motor y salir a derrapar con él.
En este caso, Felix, es el orgulloso propietario de un Volvo 940 que de serie tiene poca cosa. La modificación la realizó él mismo en el garaje de su casa. Todo, absolutamente todo lo que tiene montado de nuevo este Volvo lo ha realizado él con sus propias manos. Nos contó que el invierno es especialmente duro, y que encendía un calefactor, se iba a casa y volvía al cabo de una hora, cuando la temperatura era apta para el trabajo.
Cuando abrimos el capó delantero no nos lo podíamos creer. Todo el vano motor estaba pintado de rojo, y el cableado se había pasado por el interior del paso de rueda para dejar un aspecto realmente de concurso. El turbo tenía unas dimensiones colosales, y es el principal culpable de que la potencia de su motor de 2.3 litros con 4 cilindros en linea entregara en el momento de grabar el video, en torno a 300 CV de potencia, aunque su propietario nos dijo que su intención era llevar la potencia hasta los 500 CV una vez finalizada la preparación.
En el exterior disimula muy bien lo que esconde bajo su capó. Destacan las llantas de 19 pulgadas, así como el tamaño del escape. Una absoluta barbaridad.
Por dentro es donde poca cosa del Volvo original podemos ver, ya que se ha priorizado la ligereza y se han sustituido, por ejemplo, los interiores de las puertas por unas chapas de aluminio.
Monta unos baquets Sparco, volante de competición con piel vuelta, una palanca de cambio modificada para que el recorrido sea más corto, una palanca de rallys para el freno de mano, y se ha añadido una pantalla tipo tablet, donde podemos consultar toda la información del motor, desde la velocidad pasando por las revoluciones o la presión del turbo.
Sin duda un auténtico sleeper con el que Felix se lo pasa en grande derrapando sobre el asfalto sueco, aunque lo que debe ser divertido de verdad es circular con uno de estos Volvo clásicos en invierno.
Estupendo y divertido reportaje. He observado que los discos de frenos no se corresponden, por tamaño, con la potencia que va a generar finalmente el motor y curiosamente no aprecio prácticamente apenas diferencia entre lo delanteros y los traseros. Bueno, el propietario-restaurador, sabrá lo que se tiene entre manos. Saludos desde Cáceres.